TÉ CON CUENTOS...

Desde hace varios años observo la tarea minuciosa y silenciosa de una colega que con su esfuerzo diario promueve el contacto con la Literatura.

Si de actividades se trata, creo que las imagina amenas y placenteras.

Trabaja en una escuela pública y tiene un grupo maravilloso con el que crea continuamente. Se ha valido de distintos recursos para trabajar y creo que hizo viajar muchas veces con su imaginación a cada uno de los niños. Su nombre es Graciela...

Así es, Graciela, supo aprovechar uno de las rutinas necesarias de la jornada escolar (que es el momento de la merienda a los chicos) en un espacio fructífero que ellos adoran y esperan ansiosamente.

Ella aprovecha este tiempo para compartir diferentes textos, se vale de distintas estrategias para atrapar la atención de sus alumnos como por ejemplo detenerse en cualquier momento para realizar preguntas de inferencia, aportar sonidos en caso de textos que así lo permitan, emitir y comparar opiniones personales de lo leído,etc.

Tan positiva es la respuesta que si intenta hacer otra cosa en ese momento, prácticamente los chicos exigen que no se altere el hábito de escuchar distintas historias.

Pero esto es solo algo de lo que ella hace. El año pasado también tuve la oportunidad de realizar un taller en su grado , con los mismos chicos, y salí renovada porque participaron en todo con gran alegría. Porque si bien era distinto lo que yo les proponía, ese disfrute de la lectura ya existe en ellos y pueden compartirlo más allá del tipo de actividades que se les presenten.

Graciela trabaja diariamente promoviendo esa construcción del camino lector, con niños que interactúan y se sienten protagonistas. Les da su espacio y eso es más que valorable porque quizás en algunas casas no disponen de los libros que ella puede ofrecerles a partir de la disposición en la biblioteca de la escuela.

Su tarea contínua nos enriquece a todas las docentes que sabemos y reconocemos su labor. Por eso hoy quería compartir estas experiencias con todos aquellos que pasan por el blog, para alimentar el alma un poquito...