Entre las cosas más sorprendentes que una persona puede hacer por otra, está la de regalar un libro.
Sí, porque no es un regalo simple. Supone una búsqueda y un encuentro especial. Supone dar cuenta de lo que puede movilizar en el otro la palabra hecha libro. Supone vaciar tu alma para volverla a cargar, algo así como una renovación profunda.
Regalar un libro no es tarea sencilla, implica imaginar lo que el otro hallará en él, reconstruir significados y como sostiene Vargas Llosa "romper hábitos y desescribir para luego volver a escribir en esas continuas páginas en blanco a las que solo el lector puede darle un verdadero sentido".
Tarea noble ... que sólo puede provenir de nobles personas.
Entre los recuerdos de mi infancia guardo aquel del primer libro obsequiado fuera de mi familia, ganado en un concurso de poesía: "María" de Jorge Isaacs , después el último libro que me regaló mi padre antes de partir: "La decisión de Tarquino" de Carlos Muller y ayer "Cuentos completos I de Julio Cortázar", de manos de otra noble persona.
Recibir un libro provoca muchas cosas, marca etapas, crea sueños y puedo asegurar que incluso podría cambiar el rumbo de tu vida. Nos hace libres. Por eso hoy también disfruto de mi libertad (desde la A hasta la Z).
Para compartir y seguir haciendo crecer sueños... ¿Ya pensaste a quién vas a regalar el próximo libro?
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